Específicamente, se indaga la retención o secuestro de uno de los compañeros del grafitero la semana siguiente al 19 de agosto, cuando se produjo el crimen. Gustavo Trejos, padrastro del estudiante, le dijo a Caracol Radio que la Policía lo sometió a malos tratos tanto a él como a su prima, quienes habían sido testigos de los hechos.
"Dos agentes lo siguieron a la salida del Gimnasio Caipore, a tres cuadras del gimnasio lo abordaron, lo hicieron subir a la patrulla, lo llevaron al CAI de Andes, lo tuvieron detenido en un cuarto, esposado por tres horas, le estuvieron haciendo un interrogatorio sin una orden judicial, y en el interrogatorio le estuvieron preguntando que quiénes eran los compañeros que estaban ese día con Diego Felipe y en qué lugar vivíamos nosotros", reveló Trejos.
De otro lado, se estableció que la Fiscalía compulsó copias para que se investigue la presunta manipulación de la escena del crimen y el ocultamiento de pruebas, situaciones en las que estarían involucrados varios policías, incluido el patrullero Wilmer Antonio Alarcón, quien le disparó a Becerra.
El grafitero perdió la vida el pasado 19 de agosto, a manos de Alarcón, en medio de un confuso hecho ocurrido en cercanías a la avenida Boyacá con calle 116, en el norte de Bogotá. El policía perseguía a unos delincuentes cuando se encontró con el joven, que estaba pintando unos grafitis, y le disparó.
La Fiscalía anunció recientemente que el proceso por el asesinato del muchacho pasará a manos de la Justicia Penal Militar, decisión que no fue bien recibida por los familiares de la víctima, quienes pidieron acompañamiento internacional para que el caso no se desvíe y quede en la impunidad.
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